Hoy os quiero regalar un precioso poema de una badolatoseña.
Una flor se lamentaba
en un rosal escondida,
su dueño la veneraba,
y con temor le pedía
que nunca se marchitara.
También le gustaba a un joven
que al pasar siempre decía:
-esta flor que ahí se esconde,
será para mí algún día.-
Y soñaba con su amada,
y entre sueños la veía
con aquella flor rosada
que en el rosal se escondía.
La pondré en su rubio pelo,
o en su solapa prendida,
o, en un florero, que adorne,
por si se siente aburrida.
Y la flor que lo escuchaba,
Ser un pájaro quería.
lanzar sus pétalos al aire,
y como alas volarían.
¡Ser tan libre como el viento!
¡Ser de nadie cada día!
Y allá en el universo,
nadie más la encontraría.
¡Qué feliz era en sus sueños!
En su corazón no cabía,
y pensaba que en el cielo
un nuevo perfume habría.
No pensó que el tiempo pasa,
No sintió pasar su vida.
Se fue extinguiendo su aroma,
Ya no era una flor erguida,
Y sus pétalos ajados
de la flor se desprendían,
Y en el suelo se quedaban
Hasta que secos morían.
¡Se marchitó la rosa
que en el rosal florecía!
Lusa