Leyenda y tradición Aunque este año no haya acompañado mucho el tiempo, como cada año los vilanovi se han volcado en la festividad del patrón de Catalunya. Inundando la ramblas en una marea huma para conseguir su libro o su rosa de la mano de su chico o chica, un día más para compartir cariño y tradición.
Molta felicitats a tot els catalans en el dia de Sant Jordi
La leyenda de san Jorge y el drago
Según la tradición popular, San Jorge era un militar romano nacido en el siglo III en la Capadocia (Turquía). El santo, que servía bajo las órdenes del emperador Diocleciano, se negó a ejecutar un edicto del emperador que le obligaba a perseguir a los cristianos y por esta razón fue martirizado y decapitado por sus coetáneos. Muy pronto se empezó a venerar como santo en la zona oriental del Imperio Romano y enseguida aparecieron historias fantásticas ligadas a su figura. La versión de la leyenda más popular en Cataluña explica que en Montblanc (Conca de Barberà) vivía un dragón terrible que causaba estragos entre la población y el ganado. Para apaciguarlo, se sacrificaba al monstruo una persona escogida por sorteo. Un día la suerte señaló a la hija del rey, que habría muerto de no ser por la aparición de un bello caballero con armadura que se enfrentó al dragón y lo mató. La tradición añade que de la sangre derramada nació un rosal de flores rojas.
Esta misma leyenda, con ligeras variaciones, se repite en las tradiciones populares de Inglaterra, Portugal y Grecia, entre otros países.
Difícil de entender para quien no lo ha vivido nunca, la fiesta de Sant Jordi es una jornada festiva y popular en que las paradas de libros, las rosas y especialmente ríos de gente, toman las calles de todas las localidades catalanas. La celebración no puede ser más sencilla: el ritual consiste en pasear, comprar una rosa, un libro o las dos cosas, para regalar a las personas queridas, familiares y amigos. Aunque no es festivo, Sant Jordi y el paseo obligatorio llenan las calles y plazas convirtiendo la jornada en una singular fiesta nacional que se celebra en un día laborable.
El origen de esta fiesta tan singular la encontramos en una mezcla de tradicions y constumbres de épocas diferentes. Concide el hecho de que Sant Jordi sea el patrón de Cataluña (de forma oficial desde el año 1456, aunque se le veneraba desde el siglo VIII), con la costumbre, también medieval, de celebrar una feria de rosas o "de los enamorados" en el Palacio de la Generalitat.
A estas celebraciones más tradicionales se le añadió el Día del Libro, instaurado en España en 1926. La celebración literaria acabó haciendo una mezcolanza con las tradiciones catalanas creando una jornada de gran aceptación ciudadana.
Libros y rosas La fiesta que ahora conocemos tiene su origen en la época de la Diputación del general y está ligada a la nobleza y los estamentos dirigentes que el día de Sant Jordi celebraban una misa en la capilla del Palacio de la Generalitat, donde también se hacía la citada Feria de rosas.
Aunque la fiesta actual mantiene estas dos tradiciones medievales: regalar la rosa y visitar la capilla de Sant Jordi, la fiesta ha ido incorporando más elementos y, sobre todo, se tiene que convertir en una extraordinaria expresión de cultura popular.
Día del libro
El Día del Libro es bastante más reciente. Según algunas fuentes, se celebró por primera vez el 7 de octubre de 1926. La idea original fue del escritor valenciano afincado en Barcelona Vicent Clavel Andrés, que lo propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona. Poco después, en 1930, se cambió la fecha al 23 de abril, para conmemorar que ese mismo día pero del año 1616, aunque según diferentes calendarios, murieron los escritores Miguel de Cervantes y William Shakespeare. El 23 de abril también nacieron, o murieron, escritores reconocidos como Josep Pla (1981), Maurice Druon (1918), K. Laxness 1902), Vladimir Nabokov (1899) o Manuel Mejía Vallejo (1923). La fiesta, que coincidía con Sant Jordi, se instauró en Catalunya al confundirse con la festividad de la Diada, mientras que casi desapareció en el resto del Estado, donde dejó de celebrarse en muchos lugares o bien se mantuvo de manera residual.
Por Sant Jordi se vende un porcentaje muy apreciable de la producción literaria anual, hecho que aprovechan las editoriales para presentar las últimas novedades, especialmente las escritas en catalán.
El 15 de noviembre de 1995, en una conferencia general que tuvo lugar en París, la fiesta del 23 de abril dedicada a la literatura fue declarada por la UNESCO Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor.