Para los griegos era el símbolo del amor.
para que no faltara en una buena temporada. Lo comemos sólo, o lo ponemos en las tostadas, con aceite, o, con queso fresco ¡está exquisito! Desde niña recuerdo en mi casa este postre. Lo hacía mi abuela, y después mi madre. Y ahora lo hago yo. Recuerdo que en las alacenas siempre había recipientes llenos,
Hay varias formas de hacerlo. Yo, he elegido la más sencilla.
Limpiaremos la piel de los membrillos con un papel, o, con un paño, para quitar ese terciopelo que tienen.
Los pelaremos y los haremos cascos, igual que cuando cortamos patatas para estofarlas, debo decir que no debéis de acercaros mucho al corazón, pues allí hay unos granitos muy duros, que luego son desagradables al paladar, y no sale todo lo fina que debiera.
Una vez que terminamos de cortarlos, los pesamos, igual que pese la fruta cortada, pesaremos de azúcar.
Ponemos las dos cosas en una olla, la mía es rápida.
Como veréis aquí está recién echadas las dos cosas, y a fuego medio, sin dejar de mover, veréis cómo el azúcar se hace líquido.
Entonces es hora de cerrar la olla, y ponerla siete minutos a presión, si no es rápida unos cuantos minutos más, sobre once o doce.
Una vez terminado el tiempo la abrimos,
Se verá como una compota, el color depende del tiempo que la dejéis en el fuego. A más tiempo, más oscura.
Ya sólo falta poner la masa en recipientes.
Le pondremos un papel film para que no se endurezca una vez que se haya enfriado, o, si el recipiente tiene tapadera mejor. Yo la congelo, así nunca se pone verde, y si cuando la tengáis en la nevera se pone verde, se raspa y no pasa nada.
Animo a quien no la haya hecho, que la pruebe, es totalmente diferente a la que se compra en comercios.
Pasos a seguir:
Limpiaremos la piel de los membrillos con un papel, o, con un paño, para quitar ese terciopelo que tienen. Los pelaremos y los haremos cascos, igual que cuando cortamos patatas para estofarlas, debo decir que no debéis de acercaros mucho al corazón, pues allí hay unos granitos muy duros, que luego son desagradables al paladar, y no sale todo lo fina que debiera. | Una vez que terminamos de cortarlos, los pesamos, igual que pese la fruta cortada, pesaremos de azúcar. |
Ponemos las dos cosas en una olla, la mía es rápida. Como veréis aquí está recién echadas las dos cosas, y a fuego medio, sin dejar de mover, veréis cómo el azúcar se hace líquido. |
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Entonces es hora de cerrar la olla, y ponerla siete minutos a presión, si no es rápida unos cuantos minutos más, sobre once o doce. |
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Una vez terminado el tiempo la abrimos, Se verá como una compota, el color depende del tiempo que la dejéis en el fuego. A más tiempo, más oscura. | Al destaparla, le pasaremos la varilla y la trituramos en la misma olla. |
Ya sólo falta poner la masa en recipientes. | Le pondremos un papel film para que no se endurezca una vez que se haya enfriado, o, si el recipiente tiene tapadera mejor. Yo la congelo, así nunca se pone verde, y si cuando la tengáis en la nevera se pone verde, se raspa y no pasa nada.
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